martes, 1 de diciembre de 2015

Las Moscas


Vosotras, las familiares
inevitables golosas,
vosotras, moscas vulgares
me evocáis todas las cosas.

¡Oh, viejas moscas voraces
como abejas en abril,

viejas moscas pertinaces
sobre mi calva infantil!
Moscas de todas las horas

de infancia y adolescencia,

de mi juventud dorada;

de esta segunda inocencia,

que da en no creer en nada,

en nada.

¡Moscas del primer hastío
en el salón familiar,

las claras tardes de estío
en que yo empecé a soñar!

Y en la aborrecida escuela

raudas moscas divertidas,
perseguidas, perseguidas

por amor de lo que vuela.

Yo sé que os habéis posado
sobre el juguete encantado,

sobre el librote cerrado,

sobre la carta de amor,

sobre los párpados yertos

de los muertos.


Inevitables golosas,

que ni labráis como abejas,
ni brilláis cual mariposas;
pequeñitas, revoltosas,
vosotras, amigas viejas,

me evocáis todas las cosas.


 Antonio Machado

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